Los expertos creen que las personas podrían llegar a los 120 años de vida manteniendo sus facultades, siempre que hayan mantenido unos buenos hábitos y hayan podido prevenir y evitar algunas enfermedades. Sobre el papel, las recetas parecen sencillas, pero luego confluyen muchos factores para influir en la longevidad.
En un documento publicado por la revista 60 y Más del Imserso se habla de esta cuestión. Junto a la importancia de la herencia genética, el autor sostiene que «el número de años con los que prolongamos nuestra existencia depende también ¡y mucho! del estilo de vida saludable que llevemos, y este control, a diferencia de los genes, está en gran medida en nuestras propias manos». Señala que muchos más individuos de lo que se cree podrían llegar a formar parte del «club de los 100 años» si mantuvieran en su vida una actividad constante y relajada, que en la que la actividad física regular y la ausencia de estrés marcan una gran diferencia a la hora de sumar años.
En concreto, en el informe se proporcionan varias «reglas de oro» que ayudan a explicar por qué hay quien vive más de cien años, aunque todavía haya muchas incógnitas que los investigadores tratan de desentrañar, tanto en lo que se refiere al genoma, al desarrollo de patologías, el entorno circundante y las relaciones personales. Veamos cuáles son las recomendaciones para una larga vida:
Ejercitar el cuerpo. Cuando se han estudiado a personas muy longevas de las llamadas zonas azules del planeta (Con muchos centenarios) se ha comprobado que todas ellas mantienen una actividad física diaria, bien porque siguen trabajando en labores domésticas o del campo, bien porque realizan largas caminatas u otros ejercicios moderados.
Ejercitar la mente. De modo análogo, la actividad intelectual moderada ayuda a preservar la lucidez durante los años. «No es preciso que escribas un libro. Estimula tu creatividad leyendo. Especialmente, algo distinto de lo que hayas podido leer anteriormente. Empieza el estudio de un nuevo idioma. O el de un instrumento musical. O escribe un diario personal».
Mantener contacto familiar y social. Parece constatarse que las personas que han tenido hijos y continúan involucrados en las relaciones familiares, sin dejar que se pierdan, tienen oportunidad de vivir más años. Y más allá, se trata de cultivar el círculo social porque ayuda a mantenerse activo.
Mantenerse delgado. Sabemos que en la alimentación está la base de la prevención o el desarrollo de muchas enfermedades. La comida con moderación, evitando los excesos y dejando de un lado el abuso del alcohol y otras sustancias, son claves para la longevidad. Pero deben practicarse con perseverancia y a largo plazo.
Seguridad económica. El hecho de tener cubiertas las necesidades vitales, sin que sea preciso ser rico o acomodado, proporciona la tranquilidad necesaria para afrontar el día a día
Alegría y optimismo. «Es importante desechar los pensamientos negativos y recurrentes: el miedo a la muerte, entre otros, es uno de los que más está presente en la gente mayor. Tampoco hay que desanimarse por ocasionales adversidades que puedan ocurrirte».
Ahora solo es cuestión de aplicarlos, ya que nunca es tarde para aplicar mejores hábitos de vida. Pueden ayudarnos a vivir más años pero, sobre todo, nos harán más plenos cada día.