La Cruz Roja es una de las instituciones sociales que más cerca está de todas las personas desfavorecidas. En los últimos años, desde esta organización han sido conscientes de la mayor importancia que hay que otorgar a las personas mayores, ya que por su creciente peso en el colectivo social, se ha incrementado también su vulnerabilidad.
En esa línea, desarrollan un programa de trabajo para atender a las personas mayores, con el que se busca, como señalan en un reportaje de navarra.com, «paliar su soledad, fortalecer su autonomía, fomentar un envejecimiento activo y promover un buen trato por parte de todos los actores sociales».
Su actuación está presidida por un decálogo de buen trato, con el que intentan concienciar a la sociedad de que debe preocuparse cada vez más por los mayores. La edad nos trae ciertas limitaciones, pero no tiene por qué menoscabar nuestra autonomía y, mucho menos, nuestra dignidad.
Vamos a resumir los principios de este decálogo:
1. Reforzar la independencia. Mediante la adaptación de los espacios o el apoyo de instrumentos debemos favorecer que las personas mayores sean independientes en su vida diaria.
2. Respetar sus preferencias. Tenemos que favorecer que tomen las decisiones de acuerdo con sus criterios para facilitar su bienestar emocional.
3. Evitar el aislamiento y la soledad. Hay que fomentar que tengan contacto con familiares y amigos porque la falta de interacción social afecta muy negativamente a su estado de ánimo y salud.
4. Trato digno y respetuoso. Al margen de las facultades que tengan, hemos de tratarles con respecto y sin condescendencia.
5. Incentivar el aprendizaje de capacidades. El aprendizaje de conocimientos y capacidades incide en sus facultades físicas y psíquicas.
6. Control de sus pertenencias. Tenemos que dejar que sigan teniendo el control de sus pertenencias, en la medida de lo posible, porque les da un mayor sentido de autonomía.
7. Escucharles y tenerles en cuenta. Debemos dar valor a sus opiniones al igual que tenemos en cuenta las de otras personas. La edad no anula la capacidad de juicio y el buen criterio.
8. Favorecer la toma de decisiones. Los mayores tienen que poder decidir por sí mismos en todo aquello que consideren necesario. Hemos de ayudarles a superar las limitaciones para hacerlo.
9. Evitar el uso de sujeciones o fijaciones. Se debe reducir al máximo la utilización de fijaciones para controlar a las personas mayores. Es preferible buscar alternativas siempre que sea posible.
10. Respeto a la intimidad. Este principio básico es de obligado cumplimiento también con las personas mayores. Tenemos que lograr que se sientan cómodas consigo mismas en todo momento.
Al margen de que estemos en la etapa de cuidadores, bien sea por razones profesionales o familiares, siempre hemos de respetar estos principios si queremos conferir un trato adecuado a nuestros mayores