Tras la pérdida de un ser querido, siempre resulta difícil continuar con nuestra vida. Además, es en esta etapa donde se valora aún más que nada el afecto. Y una pérdida muy dolorosa resulta ser la de nuestra pareja. Esta pérdida nos va a suponer además de la tristeza, un gran esfuerzo para hacer frente a tener que vivir de otra manera.
Pero la vida sigue, nos sentiremos tristes y a lo mejor desorientados, pero hay que seguir adelante. En cualquier caso, la viudez acompañada de soledad es una experiencia muy dura, y por eso es muy importante el papel que desempeñan los hijos, ya que son ellos quienes deben aliviar esta soledad.
Como ya hemos explicado al inicio, son muchas las personas que pasan y pasarán por esta situación. La mayor parte de ellas eligen seguir viviendo en su casa antes de ir a vivir con hijos, pero hay que adaptarse a vivir en solitario. Por eso nos puede ayudar hablar con personas que ya se han adaptado a vivir solas. Hay asociaciones que ayudan en el proceso de duelo. En Navarra existe la “Asociación de Familiares y Amigos en Duelo” GOIZARGI.
Aprenderemos a diferenciar vivir solo o vivir en soledad, y ayuda enormemente sentir que alguien que ha pasado por lo mismo te comprende y te orienta para solucionar problemas cotidianos. Por lo tanto, tenemos que dejarnos ayudar y acompañar en momentos de tristeza. Iremos aprendiendo a recuperar la ilusión y ver también alguna ventaja de vivir en solitario.
Si la pérdida ha sido muy reciente, la tristeza nos dominará un tiempo, es natural, pero poco a poco veremos cómo los buenos recuerdos, son un consuelo para seguir adelante. Tenemos que procurar la compañía de familiares, hijos, amigos. Nos ayudarán.
Si, por el contrario, la vida de pareja nos ha generado más sufrimiento que alegrías es posible que nos sintamos liberados de preocupaciones. Aunque, seguramente, también necesitemos un tiempo para organizar nuestra vida en solitario. Pero siempre el tiempo será necesario para adaptarnos a vivir de otra manera.
Por ello poco a poco, la vida continúa, así que aprenderemos a reorganizarnos. Aunque nos cueste esfuerzo, pero hay que seguir con las actividades cotidianas, y ejercer estas tareas y responsabilidades nos ayudará a recuperar la vida habitual. Dedica un tiempo a pensar qué te gustaría hacer ahora, qué cambios vas a hacer en tu casa, cómo y cuánto te relacionas con tu familia, tus amigos…
Cuida tu salud, en el duelo las defensas bajan y seremos más vulnerables a padecer enfermedades, así que no olvides acudir al médico si notas alguna molestia o cambios en tu organismo. Es un buen momento para pensar en ti.
En la ciudad podemos encontrar más recursos para ocupar y disfrutar del tiempo libre, hay asociaciones, clubs, centros culturales, con actividades que te pueden interesar.
Nunca te niegues a encontrar nuevas amistades. Puedes aprender y también enseñar, podrás hacerte voluntaria en alguna asociación si te parece bien.
En los pueblos como todos nos conocemos, nos puede ayudar que los vecinos están cerca y recurrir a ellos si es preciso. Esto nos puede dar tranquilidad.
No obstante, y sobre todo las mujeres, que no se aíslen en casa. Hay que salir diariamente, a hacer ejercicio ir a la compra. Del mismo modo, infórmate si hay actividades en alguna asociación o club. Participa, los primeros días con alguien que te acompañe para que no te resulte violento
Finalmente, si miramos nuestras vidas, observaremos que hemos perdido cosas, personas en el camino, pero también hemos aprendido. Por lo tanto, hemos ganado sabiduría, tenemos tiempo libre y quizás menos obligaciones. Así que esta experiencia de haber vivido nos tiene que servir para mejorar el resto de la vida y vivirla de la mejor manera posible.
Estaremos tristes, pero no nos dejemos llevar por la tristeza y haz todo lo posible por mantener tu independencia y seguir siendo autónomo. Si te resulta imposible recuerda que existen profesionales médicos, psicólogos que te pueden ayudar. Disfruta de las nuevas experiencias que aún puedes tener y descubrir. Eres capaz de hacerlo.
Directora de los Apartamentos Tutelados de Proginsa