«Hablemos de sexo» era el título de un programa de televisión de comienzos de los noventa. Seguro que muchos de ustedes lo recuerdan, lo presentaba una sexóloga llamada Elena Ochoa. Ese programa sirvió para informar de un aspecto de las personas que en muchos casos ni se nombraba, (era pecado), e intentó normalizar un aspecto de la condición humana. Pero reconozco que mi memoria no alcanza a recordar si en algún capítulo se hablaba de la sexualidad en las personas mayores.
Según el Dr. Carlos Verdejo del Hospital San Carlos, se ha considerado de manera tradicional, que según nos vamos haciendo mayores, la sexualidad desaparece. Esto es un mito, como lo es aún más y con tintes verdaderamente discriminativos y humillantes el mito del “viejo verde”.
¿Por qué se sobreentiende que al envejecer nos convertimos en seres asexuados, si la sexualidad forma parte de la condición humana?, se puede entender así si el único fin de las relaciones sexuales es el mantenimiento de la especie, la función reproductora. Sin embargo, la sexualidad se entiende como algo mucho más global, no solo con la genitalidad, tal y como nos explicó Elisa Jimenez, Psicóloga y Sexóloga, en la clausura de las XXIII Jornadas de Personas Mayores y Salud.
Cada etapa de la vida determina que las relaciones sexuales se vivan de manera diferente y, no cabe duda, de que el modo en que las vivamos influye en nuestra salud y en nuestra felicidad. Como es lógico, la actividad sexual no tiene por qué perderse con el paso de los años, pero también es cierto que los cambios que se producen en el organismo por razones de edad determinarán que sea preciso adaptarse a ellos. Por otro lado, dichos cambios, se pueden asociar a enfermedades concretas que nos pueden ocurrir y que interfieren o limitan la misma.
Por lo tanto, en primer lugar, voy a enumerar qué modificaciones aparecen con la edad, y aquí es preciso diferenciar por género.
Cambios en la sexualidad humana debido a la edad
En el hombre por el hecho de envejecer, los cambios se van estableciendo paulatinamente, de forma lenta y progresiva, ocurren a partir de los 60 años, mientras que, en la mujer, son cambios mucho más rápidos en función de la edad de aparición de la menopausia, y esta se presenta normalmente a partir de los 51 o 52 años.
En los varones, la erección tiende a ser menos completa y más lenta. De la misma manera, también decae más rápidamente tras la eyaculación. Igualmente, el tiempo preciso para conseguir una segunda erección también se alarga.
En la mujer, la disminución de hormonas sexuales, determinan una mayor sequedad vaginal, la cual es responsable de que el coito pueda ser doloroso, la excitación es más lenta y desaparece muy rápidamente tras el orgasmo.
A este hecho fisiológico o normal debido al hecho de cumplir años, se puede asociar la presencia de enfermedades a nivel general o la necesidad de ingerir determinados medicamentos que interfieran con el comportamiento sexual. Ahora los voy a enumerar.
Patologías que influyen en la sexualidad de los varones
En los varones, la patología más habitual es la disfunción eréctil: consiste en la incapacidad para alcanzar o mantener una erección adecuada para poder llevar a cabo una penetración. A partir de los 70 años puede afectar al 55-65% de los hombres.
Entre sus causas, se da por problemas vasculares y en menor medida por haber sufrido un ictus, o Parkinson, es decir, enfermedades neurológicas, así como disfunciones tiroideas. Pero no podemos olvidar que determinados fármacos también la pueden causar y por ejemplo los antidepresivos y grupos afines, incluso antihipertensivos. Sin embargo, contrariamente a lo que se podría pensar, los factores psicógenos de la misma van remitiendo según nos vamos haciendo mayores.
El tratamiento médico más usado es perfectamente conocido por todos, la famosa pastilla azul, o similares. Además del Sildenafil, tenemos: Vardenafilo, Tadalafilo y Avanafil, pero tienen contraindicaciones, y nunca se debe tomar si ha habido antecedentes de infarto o angina de pecho en tratamiento médico con nitratos. Siempre se lo tiene que indicar su médico, quien le aconsejará el más adecuado según su estado de salud, hábitos, entre otros factores.
Además, hay que estar preparado para conocer los efectos secundarios. Es preferible adquirirlos en una oficina de farmacia real, si opta por vía on- line que sea una farmacia legítima y que lleven la dosis exacta indicada por su médico. De la misma manera no se deje engañar comprando “viagra a base de hierbas” ya que además de no ser eficaz pueden contener sustancias dañinas.
Otras alteraciones que pueden producirse son la disminución del deseo sexual (libido) que en varones no es tan frecuente y se asocia a déficit de testosterona, o a enfermedad como depresión, o ingesta de determinados medicamentos.
Finalmente están los trastornos de la eyaculación, secundarios en la mayoría de los casos a intervenciones quirúrgicas (sobre todo de próstata) con alteración en la salida del semen. Por el contrario, la eyaculación precoz es infrecuente.
Enfermedades que afectan a la sexualidad de las mujeres
Según alguna encuesta realizada, la disfunción sexual es más frecuente en mujeres que en varones y suelen ser comunes a partir de la época del climaterio y menopausia.
Dispaneuria: consiste en la aparición de dolor durante el coito, que puede estar originado por factores físicos como psicológicos. La causa más frecuente es la sequedad vaginal producida por la atrofia de la mucosa vaginal debida a la disminución de hormonas femeninas, los estrógenos. También algunas infecciones, quistes (bartolinitis), incluso algunos tumores pélvicos. El tratamiento de la causa más frecuente se consigue con el uso de determinadas cremas a nivel local con estrógenos que mejoran la lubricación.
Disminución de la libido (deseo sexual), además del propio envejecimiento, por enfermedades que pueden coincidir como la diabetes, ictus, parkinson, artrosis, cardiopatías, o enfermedades como depresión, ansiedad. De igual forma al varón la toma de medicamentos como psicofármacos, diuréticos o antihistamínicos interfieren con el deseo sexual.
Anorgasmia o falta de orgasmos: casi siempre es por una causa médica y no tanto psicológica. Las enfermedades habituales son diabetes, enfermedades cerebrovasculares, medulares o uso de psicofármacos.
Como conclusión de este apartado hay que decir que, si se sufre algún trastorno de esta área, hay que hablarlo con el médico ya que se tienen que tratar con la naturalidad que cualquier otro problema de salud.
La sexualidad no excluye a las personas mayores
Una vez vistas las alteraciones que pueden producirse y continuando con la sexualidad como parte inherente a la condición humana, y aclarado que la posibilidad de tener actividad sexual entre las personas mayores es lo normal, vamos a incidir en esto último. Reitero que, por el hecho de envejecer no se pierde el deseo sexual, disminuye el número de relaciones sexuales, la frecuencia, pero los sueños y las fantasías se mantienen igual.
Las personas mayores son tan capaces como las de cualquier edad de sentir placer, especialmente si se sienten amadas. No se deben sentir prejuicios solo por el hecho de ser mayor, ya que pueden ser unas relaciones tan bellas como en cualquier otra etapa de la vida.
Pero ahora que ya sabemos que vamos a necesitar más tiempo en caricias y preámbulos, más tiempo para conseguir excitación, estamos en condiciones de seguir explorando nuevos estímulos, posturas, momentos.
Las mujeres pueden utilizar cremas que contrarresten la sequedad vaginal y los varones beneficiarse de determinados medicamentos, siempre indicados por su médico.
No existe un único modelo de relación sexual, la confianza, conocer los gustos de la pareja, (atrévase a manifestarle sus preferencias). Las personas mayores también pueden enamorarse. Si tiene diferentes parejas utilice preservativo porque las enfermedades de transmisión sexual no tienen límites de edad.
Consulte con su médico cualquier duda y nunca vuelva a decir, como indica el Dr. Verdejo “ya soy mayor para eso”.
Directora de los Apartamentos Tutelados de Proginsa