Durante la pandemia que padecemos desde hace ya un año, quizá las personas mayores se han encontrado entre los colectivos más desfavorecidos, tanto por la mayor incidencia que en ellas ha tenido la enfermedad, como en el trato recibido por las políticas sanitarias.
Tal como se recoge en un informe realizado por HelpAge International, los mayores de 70 años han podido salir menos a la calle que otros grupos sociales, y a menudo han sido obligados a realizar confinamientos más estrictos, como en el caso de las residencias. Por otra parte, han experimentado un deterioro en los servicios públicos destinados para ellos, ya que la falta de presencialidad no ha sido sustituida siempre y de forma eficiente por sistemas virtuales (que, en muchos casos, tampoco hubieran servido).
Testimonios representativos
En la investigación se ha consultado a personas mayores, de diferentes edades y segmentos sociales. Todas ellas, en general, han manifestado su insatisfacción con el trato recibido. Recogemos algunos testimonios representativos:
“Además del contacto familiar, el contacto con amigos y colegas también ha disminuido. Otras actividades [se han detenido]. Pertenezco a un club de lectura. También voy al gimnasio. Todo esto se ha perdido. Incluso con los amigos el contacto se ha reducido a grupos más pequeños, y no nos vemos tan seguido como antes.”
“Estaba escuchando muy mal y era muy difícil conseguir una cita (en el médico). Me tomó mucho tiempo. La calidad de los servicios ha cambiado. Son insuficientes. Debería haber más servicios para las personas mayores y deberían ser más accesibles.”
“Creo que las autoridades saben cuáles son nuestros derechos, pero tienen que hacer un poco más. Por esta razón, creo que las autoridades deberían tener una comunicación más directa con nosotros, las personas mayores.”
“Creo que tenemos que proporcionar más servicios públicos y todos deberían funcionar mejor. No sé si esto se puede lograr o si es una ilusión. [Deberíamos tener] mejor atención médica y servicios sociales, y otro tipo de cuidados en el hogar. Esto nos daría esperanza. Podríamos vivir el tiempo que nos queda en mejores condiciones.”
“Creo que si hubiera legislación específica que garantizara los derechos de las personas mayores, esto podría mejorar su calidad de vida, en especial porque ayudaría a generar consciencia. Esto es absolutamente necesario. Si no se habla de algo, si no hay conocimiento sobre ello, poco va a cambiar.”
En ellos se advierten las dificultades para mantener la mínima vida social que evite aislamiento, para lograr el acceso a servicios que son esenciales en la vejez, y se deduce que muchas personas mayores piensan que las políticas públicas no han avanzado lo suficiente para atender a la creciente importancia de este colectivo, que necesita una atención especial y continuada.
Confiemos en que estas deficiencias se corrijan en el corto plazo.