Después de estar meses confinados, todos y, especialmente, nuestros mayores, deseamos aprovechar al máximo la vida al aire libre. Sin embargo, no debemos dejar de extremar las precauciones y tener en cuenta que las altas temperaturas nos pueden afectar.
Así lo recuerda la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, que señala además que «la previsión de un verano más cálido en gran parte del país» obliga a ser más cautelosos, ya que «los mayores de 65 años corren más riesgo de sufrir al presentar un porcentaje importante alteraciones del centro termorregulador (que producen una menor sensación de calor )que no les activa la necesidad de protegerse de altas temperaturas».
En consecuencia, disminuye la sensación de sed, lo que conlleva el peligro de la deshidratación, en particular «en los mayores que sufren una enfermedad neurodegenerativa, sobrepeso, enfermedades crónicas o tienen prescritos fármacos que favorecen dicha deshidratación»
En el caso de que la temperatura corporal alcance los 41 grados, se produce un fenómeno denominado hipertermia, que conocemos comúnmente como golpe de calor. El cuerpo no puede contrarrestar la alta temperatura y llegan a producirse fallos orgánicos. Por eso es importante saber identificar los síntomas, como el dolor de cabeza, la sensación de boca seca, piel enrojecida, escalofríos, calambres en las extremidades o el vientre, la confusión y la desorientación. Al mismo tiempo, suele desaparecer la sudoración.
Para evitar la aparición de la hipertermia, los médicos recomiendan tomar las siguientes medidas:
- Beber muchos líquidos, preferiblemente agua, infusiones o zumos de frutas. No alcohol o refrescos azucarados.
- Hacer comidas ligeras, que faciliten digestiones ligeras.
- Evitar la exposición al sol con temperaturas elevadas, sobre todo en las horas de más calor (de 12 a 16 horas).
- No realizar ejercicio físico que suponga mucho esfuerzo o incremente la sudoración.
- Mantener la casa bien ventilada.
- No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
- Llevar ropa holgada y ligera, y sombreros o gorras para tapar la cabeza.
Mientras tanto, hay que disfrutar de forma responsable del verano para evitar los contagios de la COVID-19, porque este año el peligro sigue estando en el rebrote de la enfermedad.